domingo, 3 de agosto de 2008

Rutinas

Ella quiere un cambio, pero no se anima al cambio. La rutina la envolvió tanto de costumbres que todos los días le parecen iguales... “la rutina marchitó sus ansias de libertad” pero igual, sigue caminando las mismas calles, viendo las mismas personas. Piensa que la rutina es el equilibrio, entonces se conforma y sigue caminando y si pasa por una heladería los gustos de siempre... como si fueran los únicos que existieran. Ella busca un cambio, pero no sabe dónde, y si lo encuentra se atemoriza porque ve todo tan igual que la mínima diferencia desequilibraría la eterna balanza de su rutina. Ella camina, quiere un cambio, pero tiene miedo y no se atreve a ser atrevida. Ella camina, a veces corre y se vuelve predecible y lo más triste de ser predecible es que nunca sorprenderás a la gente y no hay nada mejor que las sorpresas. Si un día ella camina distinto la gente se paraliza y le dice; “vos no eras así”, pero ella puede caminar de mil maneras distintas, ella puede ser o actuar de muchas formas diferentes, puede ser un caudal inagotable de personalidad, puede caminar siempre por el mismo camino pero encontrarle detalles que lo vuelven diferente. Ella se arriesga y cambia, pero a veces el entorno (familia, amigos, pareja) no acepta tal cambio, entonces se entristece, se llena de criticas y de reproches ajenos, vuelve a lo mismo y elimina el cambio olvidándose de que ese cambio lo hacia feliz. Ella termina siendo o haciendo lo que otros quieren que sea o haga, pierde su identidad, se mezcla con el resto y se desconoce. Se miente mas de la cuenta por falta de fantasía, también la verdad se inventa. Ella que se desconoce camina y no sabe siquiera que esta caminando pero igual sigue caminando por inercia, arrastrando los pies o las alas. Ella necesita ser frágil pero le cohíbe mostrar su fragilidad, entonces se esconde detrás de muros inventados de fortaleza, construidos con ladrillos de mentiras y temores. Ella camina y no siente sus pasos, pero sigue caminando y si se tropieza y cae al suelo, hace un estigma de su torpeza y se avergüenza, pero no sabe que necesita caer. Ella no llora porque “dicen” que las personas fuertes “no” lloran. Se inunda y se ahoga por dentro. Ella no sabe que las lágrimas le aclaran la mirada. Ella ama? Ama cuando menos se da cuenta, cuando es tarde, cuando ya no lo tiene. A veces se miente, cree que ama pero no ama, dice que ama pero no lo siente, confunde apego con amor, amor con apego... se sofoca, se lastima, lastima y sofoca. Engaña, es engañada y se engaña a sí misma también cuando el amor no esta, cuando se va, o cuando vuelve devaluado... y piensa en el tiempo como si justificara una vida... “una vida junto a una persona...” y la gente se acostumbra al acostumbramiento, a lo cómodo y nefasto, a lo seguro, aunque no siempre. Ella quiere lo que no tiene, siempre, y cuando al fin lo tiene ya no lo quiere mas. Ella se siente sola en el mundo, pero es ella la que se aísla o se junta con falsas amistades, con gente de risa plástica que no darían nada por vos y vos que piensas que te rodea un montón de gente, te olvidas de esos pocos que te miran a los ojos y descubren sí estas bien o estas mal, que te preguntan ¿cómo estas? Porque quieren saberlo realmente y no por cortesía... son esos que te abrazan y te desarman, que te palmean el hombro animándote o que te acarician la espalda si te ven decaído. Ella camina, corre, espera, se arriesga, cae, se golpea, se pregunta, piensa, analiza, se despierta, y desea un cambio. Ella quisiera tantas cosas...quisiera amar por ejemplo. Pero ya no cree que exista la palabra amor. Se la robaron? la habra perdido? O tal vez la borro para siempre para nunca mas sufrir.

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