domingo, 28 de septiembre de 2008


Estoy convencida que la soledad se siente en el hueco del estomago. Se palpa en los asientos vacíos, se oye en el silencio inmutable de una casa desierta, también.... Pero principalmente en el estomago; o un poco mas arriba quizás. Hay quienes creen que 'en el pecho, cerca de la garganta, ahí debe estar el alma, hecha un ovillo', Puede que tenga razón, que la soledad sea entonces un atributo del alma. La soledad. Quizás una palabra, pero encierra tanto… desesperación, sosiego, tristeza (o no, depende, aunque yo creo firmemente que la soledad es tristeza). La soledad obliga a estar siempre en estado de alerta, a desacostumbrarse del contacto humano, a no saber como reaccionar. Soledad traicionera, es un vicio. Porque al principio nos gusta, la paz que se siente al escucharse uno mismo. El poder conversarse y hablarse y reflexionarse. Pero que pasa cuando una cansa de la soledad…reconoce que todo lo que bueno que tenia era puro espejismo… da bronca, frustración. Ahí cuando nos golpea en el hueco del estomago, ahí cuando se transforma en un estado del alma, ahí reaccionamos. Pero ella se mantiene firme en nosotros. Y ahí, ahí… se cae en la cuenta: no hay forma de salir.

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