miércoles, 25 de febrero de 2009

Hoy ya no quiero discutir, hoy no tengo fuerzas o ganas de ser blanco de ataques o ejecutora de disparos, porque soy buena para estrellarme cuando la furia me ciega y creeme puedo ser la más ciega de las ciegas. A veces pareciera que tu nombre fuera como el aire, porque no puede pasar mucho tiempo hasta que vuelve a posarse en mis labios. A veces siento que te necesito de forma urgente e imperiosa, porque cuando tengo mucho miedo, tenes el poder de sacar todas mis fobias y de calmar mis ansiedades, y se que lo sabes. Es raro, pero a veces siento como si fueses la persona que más puede llegar a mi alma. Y se también que actue de modo infantil y que hable de mas porque a pesar de todo lo leído y lo aprendido aún me cuesta escuchar el corazón. Aún me cuesta pensar en lo que realmente deseo sin pensar en que puede ser perjudicial. Y se que quizas fue un acto de egoismo disfrazado con la tipica excusa de ser precavida. Sólo se que tengo conciencia de que suelo lastimar a la gente que más amo y se que suelo dejarlas solas cuando más me necesitan. Estoy desnudando emociones intensas que a veces me mueven a decir las idioteces que digo y a tener actitudes de alguien que es la primera vez que siente un poco de amor en su alma. Estas palabras son el sinceramiento de la chica que vos viste, que vos besaste, que no es tu amiga y que nunca lo fue. Esa que simplemente te quiere, sin nada a cambio. sabes que siempre tube el vicio de mirar el sufrimiento ajeno y no el propio, si digo esto, es porque ya no quiero sufrir más. Si te quiero tanto es inutil seguir dando explicaciones. En fin, creo haber desagotado todas esas palabras que se quedaron colgando de mi lengua, y creo haber ahuyentado bantante bien a la torpeza a la hora de definirte con palabras lo que me pasa. No vuelvas a dudar de mi sinceridad, ni de mi franquza, ni de mi amor. Duda de mi idiotez, mi inseguridad, y de mi forma infantil de ser.

2 comentarios:

Agostina dijo...

Este texto ya lo había leido en algún lugar... hermoso.

La srita Giuliana dijo...

Ay me dio como tristeza. Pero me gustó igualmente.